lunes, 29 de marzo de 2010

REFLEXIÓN SOBRE LA ACTIVIDAD DOCENTE

Cuando el profesor imparte ya sea un nuevo conocimiento o uno ya trabajado previamente, ha de explicar de un modo claro aquello que se va a trabajar, de modo que queden claros tanto el objeto, como el objetivo del aprendizaje.
Por otro lado, los conocimientos no deben impartirse de modo aislado, sino que hay que contextualizarlos y hacer que el alumnado vea tanto dicha contextualización como la funcionalidad de lo que va a aprender. De este modo, tendrá toda la información a su alcance y además de adquirir y desarrollar el nuevo conocimiento, podrá relacionarlo con conocimientos o concepciones previas; ahora bien, para que ello sea posible el docente debe realizar una gran labor de integración y contextualización del aprendizaje.
Un conocimiento se adquiere y desarrolla mejor si se parte de las concepciones previas; para ello se puede recurrir a la técnica de lluvia de ideas. Es importante partir de los conocimientos previos del alumnado para no dar nada por supuesto y para sentar correctamente las bases del aprendizaje, pero si las concepciones previas del alumnado son incorrectas, deben ser modificadas para que no puedan conducirle a error.
Pero para poder llevar todo esto a cabo, los maestros debemos darnos cuenta de que los protagonistas del proceso de enseñanza- aprendizaje no somos nosotros, sino los alumnos.

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